El otro día una conocida me compró mi primera muñeca broche, la verdad es que me hizo muchísima ilusión porque hasta ahora las había hecho sólo para mi o para hacer algún regalo.
Siempre que me veía me hacía algún comentario de los broches hasta que un día se atrevió a preguntarme si los vendía y le dije que si quería uno se lo hacía de mil amores porque hasta ahora nadie me había pedido uno y así lo hice porque le encantaba el que llevaba puesto
Cuando se lo llevé me regaló un par de retales, chulísimos para mis muñecas y además me pidió que le hiciera un camafeo para su nieta y aquí vino el gran reto, porque no me gustan demasiado los camafeos y además no había hecho ninguno y así que me puse manos a la obra, pero no me salía nada que me gustase. Para colmo llegó carnaval y mi suegra le encanta disfrazar a las niñas (mis dos hijas de 4 años y 17 meses) y ya tenía pensado los vestidos, la mayor de jardinera y la pequeña de caperucita.
Para el vestido de la mayor necesitaba un delantal de fieltro y un sombrero con flores y claro está que las flores se las hice yo y claro está, dejé de lado el camafeo.
Después, mi hija tenía un cumpleaños y no sabía que regalarle a la niña, porque pensé que si le ocurría como a mí, la mama estaría cansada de tantos juguetes y pensé hacerle una camiseta, diferente y original
Después de tanta historia y de tanto retraso me puse de nuevo con el camafeo y esto es lo que salió. Le di a elegir entre dos modelos y después de tanto tiempo y por el detalle que había tenido conmigo de guardarme los retales se lo regalé. Se quedó el ovalado del sombrero, el otro lo llevo yo.
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